PRESENTACIÓN

"--¿Cuál es la función del poeta en cualquier sociedad, Rubén?
--Es un poco como… como un ropavejero desprestigiado. Qué es lo que hace el poeta: de repente en un día de mal humor, o de buen humor, se pone junto a su máquina de escribir y dice lo que le pasa. Y cuál es su esperanza: que eso mismo le pueda pasar a los demás. Entonces, lo que está haciendo es crear un conjunto de harapos para que los pobres puedan ponérselos alguna vez y sentirse un poco menos pobres. Eso podría decir".

Rubén Bonifaz Nuño.



domingo, 13 de julio de 2014

En medio de todo, es admirable…


Foto de autor anónimo



En medio de todo, es admirable

la fuerza mecánica, obligatoria,

que tiene la vida. No hay manera

de escaparse. Viene, y a su antojo

distribuye brazos y deseos

y se forma ardiendo y sin descanso. 

 

Enciende sus lumbres comenzadas

en la pesadumbre de la sangre,

y el pepenador de basura,

bajo su costal de papeles sucios,

piensa en su mujer; y los enfermos

de muerte se yerguen, deshilachados,

y van a sus noches de amor espesas. 

 

Qué opaca ceguera, qué nubes,

qué velos de instinto y de alegría

extiende la vida en torno a los hombres,

para conseguir lo inexplicable. 

 

Los cuerpos siniestros de los mendigos,

los disfraces húmedos de las gentes,

los dulces, pequeños oficinistas

que aman con estómagos vacíos,

o confunden blandamente en sus besos

su vieja acidez de comida pobre,

y se reproducen sin esperarlo. 

 

El pan que se gana con el trabajo

y para el trabajo se come;

y los sufrimientos, y las penas

para no morir del todo, y la costumbre. 

 

En todo la hirviente batalla,

el combate haciéndose a borbotones

de placer y miedo y sudor y fuerza y miseria,

buscando un objeto que no se alcanza. 


Rubén Bonifaz Nuño, en Los demonios y los días, pp. 34 y 35, 1956.